domingo, 9 de marzo de 2014

Texto III: El altruismo

El verdadero altruismo sucede cuando nos sentimos identificados con la víctima y deseamos ayudar a otra persona solo para aliviar su dolor, no porque nos sintamos obligados o para reducir nuestro propio malestar por verla sufrir.
Sabemos que la mayoría de las personas se siente mal cuando ve sufrir a los demás y que a menudo una persona ayuda a otra para reducir su propio malestar. De hecho, la persona que se siente culpable por cualquier otro motivo que nada tiene que ver conla víctima, estará también más dispuesta a ayudar como un modo de sentirse mejor; siempre y cuando no se sienta tan mal como para estar totalmente hundida en su propio interior y su propio dolor hasta el punto de ni siquiera percibir el dolor ajeno, como sucede cuando una persona está deprimida.
Esta tendencia a ayudar solo para reducir el propio malestar, también puede hacer que cuando sea fácil "escapar" del dolor de los demás (y el malestar que nos produce), las personas puedan tender a pasar de largo, evitando la situación por completo.
Sin embargo, aunque esta tendencia a la ayuda egoísta exista, no significa que no pueda existir también la ayuda altruista.
En realidad, cuando una persona observa a alguien que sufre, puede sentir dos tipos de emociones. Por un lado, puede experimentar una sensación de angustia, con ansiedad, miedo y alarma. Estas emociones pueden ser muy desagradables, y son las que llevan a las personas a salir huyendo, o bien a ayudar a la otra persona para reducir el propio malestar (es lo que suele llamarse la ayuda egoísta). Por otra parte, al ver sufrir a otro, una persona puede también experimentar un sentimiento de empatía, compasión y ternura hacia la víctima. Estos sentimientos son los responsables de la ayuda altruista; es decir, cuando se ayuda a la víctima para aliviar su sufrimiento, no el propio, incluso aunque eso suponga una buena dosis de sufrimiento para la persona que ayuda. Por tanto, estas personas optan por ayudar incluso cuando huir de la situación es fácil

Texto II: Juventud

Hablar de la juventud, de los y las jóvenes, siempre ha sido un punto de controversia. Normalmente, las generaciones anteriores tienen sentimientos encontrados cuando a ellas/ellos se refieren y, más aún, cuando hay que relacionarse. Como padres, como maestros, como compañeros de trabajo, en la simple convivencia cotidiana, los “adultos” no sabemos ubicarnos ante ellos. En algunos rechazo; en otros esperanza; en la mayoría incertidumbre. Si la o el joven son personas queridas, la esperanza se entrecruza con el temor. Ciertamente en ellos/ellas tenemos puestas todas nuestras expectativas, pero ¿cómo ser imagen positiva? ¿Cómo atender sus reclamos, sus inquietudes, sus gustos? No concuerdan “mis” sentimientos” con “sus” sentimientos, “mis” deseos con “sus” deseos, lo que yo, adulto, quiero para él/ella, con lo que él/ella, joven, quiere para sí.

¿Qué nos enseña el joven de hoy? ¿Por qué creer que realmente hay esperanzas en los diversos jóvenes de el momento actual? ¿Dónde se encuentran sus potencialidades, sus capacidades, sus expectativas que muestren una expectativa de vida y de realización fructífera en vistas a un mundo más humano? Ciertamente ellos lo pueden decir mejor con sus propias palabras. De mi relación con algunos de ello les tomo prestadas algunas


 Hay el riesgo hoy en día dentro de este mundo consumista, individualista, despersonalizante, de apariencias. Para el joven de hoy este quererse tiene otro sentido. Resalta en él su deseo de ser auténtico, de estar abierto a quien es él mismo, a profundizar en sus propio interior para encontrarse y, entonces, ser fiel a sí mismo. Hoy más que nunca, el joven es contestatario, no se deja manipular, porque sabe quién es él, sabe lo que desea y está en búsqueda continua de sus capacidades y ubicándose ante sus limitaciones. Choca esta apreciación con las manipulaciones de los medios de comunicación, la idolatría a personajes de parafina, el endiosamiento de los reality shows[9]. Sin embargo, son muchos los jóvenes, que en su propio estilo, con maneras quizá poco heterodoxas –indumentarias, manifestaciones, expresiones artísticas- demuestran que su búsqueda va a contrapelo de aquello de quienes se han acostumbrado a dirigir la sociedad en función de intereses, esos sí, totalmente egoístas. Un mundo de hombres y mujeres auténticos, da esperanza de un auténtico mundo contrario a los pseudo mundos del poder, del dinero, de injustas divisiones.


Los jóvenes de hoy critican a los jóvenes de ayer de vivir en el “deber ser”, en la entrega por imposición, en el servicio global, de que por buscar procesos de cambio que surjan  de la organización, del corporativismo, de la lucha de clases, se diera  primacía de la masa sobre el individuo con muy poca atención a la persona. Hoy se da una emergencia de la recuperación del individuo sobre la masa amorfa, rechazando toda forma de ideologización que sacrifique a la persona en función de la persona. El riesgo es que en esta centralidad de la persona se caiga en el sobre-cuidado de la persona y la figura, en un narcisismo y un hedonismo. Pero muchos jóvenes partiendo, como vimos en el apartado anterior, de saberse ellos, de su propio proceso de personalización, salen de sí y se dan al otro. La y el joven de este nuevo milenio priorizan en su vida a las relaciones personales; son hombres y mujeres de muchas y grandes amistades, de fidelidad a ellas. Los grupos, las pandillas, los clanes, son de fuerte consistencia y pueden apuntar a la realización de empresas conjuntas verdaderamente humanas y valiosas. Son grupos solidarios, con lazos indestructibles y donde el individuo es parte de un todo sólido. Los grupos naturales,  por el cariño y el respeto a la persona que hay entre sí, una vez hecho suyo el sentido y carisma propio de una institución, son fuerte potencial de vida al interior de ellas. Un mundo formado por jóvenes con esa capacidad de aceptar a la persona, de escucharla, de ponerse en su propia sintonía, ciertamente será un mundo muy distinto al masificado que nos quiere imponer el sistema neoliberal vigente.


“Los jóvenes muestran algo que afortunadamente no ha dejado de faltar y que sigue siendo signo de esperanza: una sensibilidad aguda por el sufrimiento de sus hermanos los más pobres”


Nosotros, los jóvenes tenemos capacidades, virtudes e ideales, solo es cuestión de trabajar en ellas, y no guiarnos por algunas opiniones erróneas generales sobre nosotros, si no demostrar con hechos lo que valemos

  

Texto I, Lectura y expresión escrita: Máscaras mexicanas

El texto del que decidí hablar pertenece a la familia de textos literarios, perteneciendo a, quien desde hace tiempo me ha llamado la atención sus obras, claramente me  estoy refiriendo al escritor mexicano Octavio Paz.


Aunque en el libro de Lectura, expresión oral y escrita II el fondo del texto de "Máscaras  mexicanas", viene la imagen de la mascara mexicana del "Guerrero Jaguar",  pero la realidad es, que nada tiene que ver con que el texto sea informativo y descriptivo de máscaras típicas mexicanas , ya que el lenguaje utilizado en este fragmento tiende a ser muy metafórico y describir al mexicano de forma psicológica, desde sus variedades, características, virtudes, defectos, habilidades y debilidades. Como el mexicano es diverso, Octavio Paz describe que son diferentes los matices que el mexicano tiene, lo que hace que el crea y se encierra en su propia máscara.
Habla que a través de sus máscaras el mexicano pone barreras y crea sus propias perspectivas y juicios, donde las personas siempre se diferencian en los criterios que tienen unos de otros, es por eso que los mexicanos se sienten lejos del mundo y las personas.
Por ultimo Octavio Paz habla sobre el popular machismo en México, y el orgullo que el mexicano defiende a capa y espada, ademas de los estereotipos sobre el genero sexual, desde lo que "rajarse" significa en los hombres, como si fuese un código masculino, el cual significa traicionar, caer en lo más bajo y tener un miedo profundo. Para mi, el fragmento se me hace bueno, pues no describe parte por parte al mexicano, si no de una forma general, y habla de las máscaras que son nuestras actitudes, diferentes, mejores o peores, pero esas que también nos identifican.


domingo, 2 de marzo de 2014

Imagina

Imagina que no hay paraíso, 
Es fácil si lo intentas, 
Ningún infierno debajo de nosotros, 
Arriba de nosotros, solamente cielo, 
Imagina a toda la gente 
Viviendo al día... 

Imagina que no hay países, 
No es difícil hacerlo, 
Nada por lo que matar o morir, 
Ni religiones tampoco, 
Imagina a toda la gente 
Viviendo la pida en paz 

Imagina que no hay posesiones
Me pregunto si puedes, 
Ninguna necesidad de codicia o hambre
Una hermandad del hombre, 
Imagina a toda la gente 
Compartiendo todo el mundo... 

Tu puedes decir que soy un soñador, 
Pero no soy el único, 
Espero que algún día te nos unas, 
Y el mundo vivirá como uno solo



Nosotros somos el mañana.

Llega un momento en que miras a tu alrededor, te das cuenta que las malas noticias se han apoderado del mayor tiempo de los noticiarios, respiras, pero no con un asombro diferente, reflexionas poco, pero luego regresas a tu entorno normal e ignoras pensando que ya las tragedias son costumbres, pero acaso ¿Es todo esto normal? Absolutamente no. La humanidad que hoy conocemos ha ido enfermando, su paso es muy rápido y silencioso, y lo peor de todo, es que estamos tan enfermos que pensamos que las malas acciones y tragedias son algo normal. Las enfermedades son muchas, pero una que se convierte en la enfermedad mas peligrosa es el orgullo, esa, cual función es cegar nuestro razonamiento, impidiendo reconocer nuestros errores, y si no reconocemos los errores, acaso ¿Cómo es que erradicaremos la enfermedad? Cuando aceptamos que somos humanos reales e imperfectos, el camino hacia la sanación de la humanidad será más claro, y no es exageración alguna, pues esa falsa cortina de vanidad, por su defensa, costaría la vida propia de vidas humanas, como son los casos de dictadores, políticos, reyes o cualquier cargo de importancia social, que por sus preciadas posturas, declararían guerra a cualquiera que se interponga, demostrando su poderío de las formas mas crueles sobre su propia especie.


Estamos tan enfermos de egoísmo, egocentrismo, ira, envidia, que ridiculizamos a las personas altruistas, con el valor de ayudar, de manera mínima, o incluso entregándose en las acciones, nos hemos estado limitando a las buenas acciones, pero en las malas intenciones incluso  perdemos el control. Tienes tiempo por delante, no te limites al amor, no solo de pareja, si no el amor de vivir y ayudar, sin importar con que ojos seras mirado, llena de buenos ejemplos al mundo, tu, y solo tu eres el cambio que este mundo necesita, no subestimes tus acciones buenas, sigue apoyando de la manera que tu puedas, solo así la humanidad sanará, irónicamente las manos que destruyen vidas, son las mismas que pueden curar vidas, cambiemos y ayudemos, nosotros y nuestras acciones son el mañana que hoy estamos construyendo. Sigue adelante.